Formas de conducta

Dentro de de la criminología, se han identificado diversas formas de conducta que pueden clasificarse en cuatro categorías principales:

Conducta Social

La conducta social se refiere a las acciones y comportamientos que se ajustan a las normas y expectativas sociales establecidas. Las personas con una conducta socialmente adecuada cumplen con las leyes y reglas de la sociedad, y su comportamiento se considera aceptable dentro de los límites legales y éticos. Estas personas generalmente participan activamente en la comunidad, mantienen relaciones saludables y contribuyen positivamente al bienestar colectivo. La conducta social es el modelo deseado de comportamiento en una sociedad funcional.

Conducta Asocial

La conducta asocial se caracteriza por el distanciamiento o la falta de conformidad con las normas y valores sociales. Las personas con conducta asocial tienden a aislarse y evitar las interacciones sociales convencionales. Sin embargo, a diferencia de la conducta antisocial, la conducta asocial no implica necesariamente un comportamiento delictivo o perjudicial hacia los demás. Algunas personas con conducta asocial simplemente prefieren estar solas o se sienten incómodas en situaciones sociales, pero no están motivadas por causar daño o infringir las normas legales.

Conducta Parasocial

La conducta parasocial se refiere a la participación y el apego excesivos a relaciones imaginarias o ficticias, como personajes de televisión, celebridades o figuras públicas. Las personas con conducta parasocial pueden desarrollar una conexión emocional intensa con estos personajes o figuras, incluso llegando a considerarlos como parte de su vida cotidiana. Esta forma de conducta puede ser problemática cuando la persona pierde la capacidad de distinguir entre la realidad y la ficción, lo que puede afectar negativamente sus relaciones y su bienestar psicológico.

Conducta Antisocial

La conducta antisocial implica la violación deliberada y repetida de las normas sociales y legales establecidas. Las personas con conducta antisocial pueden mostrar una falta de empatía, remordimiento o respeto por los derechos de los demás. Suelen tener una propensión a la agresión, la violencia, el engaño y el comportamiento delictivo. La conducta antisocial puede manifestarse desde edades tempranas, a menudo en forma de conducta delictiva juvenil, y puede persistir en la edad adulta si no se aborda adecuadamente. Es importante destacar que la conducta antisocial no es necesariamente sinónimo de ser un criminal, ya que no todas las personas con este tipo de comportamiento se involucran en actividades ilegales.





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